Si tenemos plantas con flores en casa, cambiar de maceta es un proceso que tendremos que hacer en alguna ocasión, en especial si la hemos adquirido en una tienda en donde los recipientes que traen no son demasiado grandes.
El proceso no es complicado, pero sí que hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones, como elegir una maceta de barro, hacerlo en la época adecuada, preparar la tierra, etc.
¿Cuándo se puede trasplantar una planta con flores?
Escoger el momento con el fin de cambiar de maceta una planta con flores es muy importante, quizá el factor crucial para tener éxito y que no se nos seque.
En España ese periodo es el invierno o a principio de la primavera, justo antes de que comiencen a aparecer las flores. El motivo es que en ese momento los vegetales están “parados”, por lo que no sufrirán con el cambio.
Cuando este vegetal con flores es muy pequeño y está en la típica maceta de tamaño minúsculo sí se puede cambiar de maceta en cualquier época, pues de lo contrario es posible que se seque.
¿Qué signos nos indican que hay que poner una planta en una maceta más grande?
Podemos fijarnos en varios signos que nos dicen que la planta necesita una nueva ubicación. Uno de los más claros es que las raíces salen por el fondo de la maceta, por el agujero de drenaje.
También no lo está pidiendo cuando de repente necesita más agua que antes, lo que indica que las raíces se han desarrollado mucho y quieren más espacio (a veces las podemos ver asomando por la tierra en la parte superior).
Mejores macetas de barro
¿Qué tipo de maceta o jardinera es mejor para el trasplante?
La maceta de barro de terracota es la mejor a la hora de realizar un cambio debido a que tiene varias ventajas sobre la de plástico o metal.
Además de la evidente, un recipiente de barro siempre es mucho más atractivo, la planta estará más cómoda y fresca por las propiedades de la arcilla, pues permite que la tierra transpire y se evitan los encharcamientos.
¿Qué pasos hay que seguir para el cambio de un rosal o una planta con flores?
Para que el trasplante sea un éxito debemos llevar a cabo una serie de pasos sencillos.
1. Preparamos la maceta nueva y la llenamos de tierra hasta la mitad
Lo primero es coger la maceta de barro más grande, la nueva y llenarla de tierra para plantas hasta más o menos la mitad. Antes hay que asegurarse de que hay un agujero de drenaje y si podemos tapar ese hueco con un trozo de barro como una teja rota.
2. Sacamos la planta con flores sin romperla
Este es el paso más delicado. Lo mejor es coger el tallo de la planta con firmeza, levantar la planta junto a la maceta y dar golpes en los laterales de esta con fuerza, momento en el que veremos que poco a poco la maceta va cayendo.
Si el contenedor es de plástico y no nos atrevemos a hacer esto, la forma más sencilla es cortar la maceta con un cúter.
3. Colocamos la planta en su nueva maceta y rellenamos con tierra
Con la planta ya fuera de su maceta la ponemos en la nueva bien centrada, para a continuación rellenar el hueco que queda con la tierra que hemos comprado, apretando con las manos y finalizando el proceso regando con abundancia.
¿Qué cuidados hay que dar a la planta una vez que la cambiamos de maceta?
Una vez que ya hemos terminado el cambio a una nueva maceta, lo cierto es que no hay que dar unos cuidados especiales.
Durante los primeros días es mejor que la planta esté protegida del sol directo y que comprobemos cómo va de humedad después del primer riego, aunque no debería ser necesario aportar más agua.
En las primeras semanas, no hace falta abonar e incluso podría ser contraproducente. La tierra nueva que hemos puesto está llena de nutrientes que la planta aprovechará en este periodo.
Pasados un par de meses ya sí que podemos aportar abono específico para plantas con flores en las cantidades que nos diga el fabricante, sin pasarnos si para no “quemar” nuestra planta.