Hornos de cerámica, cosas a tener en cuenta antes de adquirirlos.

La definición de cerámica es sencilla y directa: Es el arte de hacer objetos en arcilla u otro material cerámico por acción del calor.

Para ser alfareros necesitamos teoría y práctica, que se adquiere con el tiempo. Pero también la materia prima y el horno para cocer nuestras piezas.

Si queréis saber más sobre los tipos de arcilla/cerámica  tenemos un artículo dedicado a ello, pero antes quedaros si queréis que os resolvamos todas las dudas a la hora de adquirir el horno para cerámica perfecto.

Para poder escoger un horno correcto, debemos pensar en lo siguiente:

1. El volumen de producción y volumen de las piezas.

Es decir, si tenemos pensado un horno pequeño para tener en casa y cocer nuestras pequeñas piezas, o si por el contrario tenemos una empresa cerámica y necesitamos un horno industrial.

De la misma forma, si tenemos una empresa de ladrillos necesitaremos un horno distinto al que requiere una alfarería en la que se hagan macetas de barro. Si somos aficionados y hacemos piezas como por ejemplo botijos, también buscaremos otras prestaciones.

2. El tipo de combustible que consume.

Antiguamente, lo común era un horno de leña, sin embargo, hoy en día tenemos una amplia variedad de hornos que se alimentan con distintas fuentes de energía, como electricidad, gas o gasoil.

Como dato, en nuestra empresa Alfareros de Juana Trigo, trabajamos con un horno industrial de gasóleo. Podéis mirar nuestro Instagram y verlo en acción en algunas historias destacadas y post, así como los resultados que da.

Teniendo claras estas dos cosas, vamos a facilitaros una lista de hornos de cerámica en el mercado y especificaremos para qué casos son ideales.

               Horno de Leña:

Los hay de muchos tamaños y tienen gran valor estético. Es ideal para aquellos cuyo hobby es la cerámica y quieren tener en casa un horno útil y decorativo.

La gran desventaja de este horno es que, al ser de leña, debemos de saber regular muy bien la intensidad del calor, ya que si le damos un mal uso la temperatura podrá ser incorrecta.

               Horno de Gas/Gasóleo:

Este tipo de horno suele ser de grandes dimensiones ya que está enfocado a la producción a gran escala. No suelen dar problemas, por lo que es una adquisición segura para aquellos profesionales del sector.

También hay hornos de gas pequeños, y funcionan muy bien, sin embargo, hay que tener mucho cuidado con los cilindros de gas y mantenerlos alejados por seguridad.

Su desventaja es, y más en los tiempos que corren, la variable del precio del combustible y, por supuesto, la contaminación que genera.

               Horno eléctrico:

Últimamente están muy de moda, y no es para menos, ya que su consumo cada vez desciende más y es muy respetuoso con el medio ambiente.

Generalmente este tipo de hornos suelen ser pequeños, asequibles y están enfocados para talleres de cerámica o particulares que tienen la cerámica como hobby.

Otra ventaja es que pueden alcanzar temperaturas de hasta 1450 º C, según el modelo.

               Horno tipo túnel:

Estos hornos, como su nombre indica, son alargados y con una entrada y una salida. Son muy usados en la fabricación de ladrillos.

Esto se debe a que, generalmente, tienen un sistema de transporte que permite que las piezas introducidas se cuezan en cadena, además, permite al alfarero ver qué pasa dentro.

 

Dejando de lado los tipos de hornos, también tenéis que tener en cuenta el precio, cada cual tiene un presupuesto, pero nosotros recomendamos hacer un esfuerzo y comprar un producto de buena calidad, ya que las reparaciones de estas herramientas no suelen ser baratas.

Del mismo modo, recomendamos que sea de una marca conocida, ya que si alguna pieza se estropea será más fácil conseguir el recambio.

Eso es todo por esta ocasión. ¿Sabíais que existían estos tipos de hornos? Os leemos en comentarios. Esperamos que os haya servido y que os haya gustado este contenido, no olvidéis visitar nuestra web y pasaros por nuestro Instagram para más contenido divulgativo y de interés.